El aumento de la densidad comercial en España está siendo impulsado predominantemente por el formato de retail park, con una presencia de un 20%, lejos del 75% que representan los centros comerciales. Es el formato estrella que ha sabido adaptarse a un consumidor que evoluciona continuamente. Ya representa el 80% de los nuevos proyectos previstos para 2024 y 2025.
Los desarrollos debieran estar centrados principalmente en tres pilares.
La integración de espacios sociales e inmersivos se erige como una estrategia fundamental para rediseñar la experiencia de compra. La implementación de estos espacios eleva la experiencia de compra y consolida al retail park como un destino atractivo y dinámico, fomentando la lealtad del cliente y atrayendo a una audiencia diversa. Hay que concebir áreas comunes que promuevan la interacción social y configurar entornos propicios para la realización de eventos comunitarios.
La integración de prácticas sostenibles y la implementación de iniciativas verdes cumple con responsabilidades ambientales, agrega valor a la marca y fortalece la relación con los clientes. Los retail parks pueden reducir su huella ambiental, alinearse con las expectativas de los consumidores conscientes de la sostenibilidad y contribuir positivamente a la comunidad y al entorno.
Esto implica adoptar tecnologías y sistemas eficientes para la iluminación, calefacción y refrigeración en las instalaciones y explorar la posibilidad de utilizar fuentes de energía renovable para alimentar las operaciones.
La fusión de datos y tecnología redefine la experiencia de compra, sumergiendo a los clientes en un entorno donde la conveniencia y la personalización son claves. No solo optimizan operaciones internas, sino que también elevan el retail park a un centro de experiencias dinámicas y personalizadas.
La línea entre lo físico y lo digital se desdibuja. Los clientes pueden explorar catálogos en línea, hacer pedidos desde su hogar y recoger sus compras en el retail park