Así se inicia de alguna manera esa eficiencia y búsqueda de la sostenibilidad que es “la nueva experiencia de cliente” para los espacios comerciales.
No es solo un cambio de escala el que se produce, sino que lo verdaderamente interesante es ver cómo muchos centros comerciales se convierten en test de prueba para el funcionamiento de la sociedad del futuro.
El retail es probablemente el uso que más rápido se adapta a las necesidades del cliente y, por tanto, que más experimenta en éste y otros muchos campos.
Términos como eficiencia y sostenibilidad son ya parte del vocabulario y se entienden como un retorno a medio plazo. Lo que en un principio se limitaba simplemente a un menor consumo energético y una reducción de la factura de la luz, se ha entendido como algo mucho más global.
Ya no es un menor consumo por eficiencia de los equipos instalados, sino que se empieza a entender que no es más sostenible el que menos consume sino el que menos necesita. Esto ha llevado los retailers a prestar mucha más atención a las envolventes de los centros como un elemento clave para el bienestar del usuario. Se analizan grandes espacios existentes para la incorporación de tecnología que revierta en un menor consumo y se invierte en cambios de materiales de última generación que favorezcan un mejor uso del edifico.
Los espacios comerciales ponen, además, en valor el uso de las zonas comunes y los criterios de diseño que se están aplicando convierten en arquitecturas que el cliente percibe como muy confortables.
La sociedad cada vez está más convencida que los recursos son finitos y sus pequeños actos individuales en su día a día se están extrapolando en el diseño de los centros comerciales.
El retailer se ha dado cuenta de estas necesidades del cliente y suyas propias y hace grandes esfuerzos para coger un tren que cada vez avanza más rápido y en constante evolución, con mejores herramientas para crear espacios comerciales sostenibles.