La certificación energética de un edificio existente describe la eficacia de un inmueble en cuanto al consumo de energía. La obtención de la certificación energética A, la máxima que se otorga, es el resultado de la aplicación de acciones que hacen mejorar la sostenibilidad del edificio. Desde que en 2014 se logró la certificación energética B+, Espai Gironès ha reducido un 18% el consumo de energía. Este resultado se ha conseguido con la mejora continua en los procesos de gestión energética que está realizando el centro, así como con un mejor comportamiento y el uso que están realizando los arrendatarios y visitantes del edificio.
El sello incluye la calificación energética del edificio con una escala de siete letras, que va desde la clase A, para los más eficientes, a la clase G, para los menos, así como una estimación del consumo energético del edificio y de las emisiones de CO2.
“Nos sentimos muy orgullosos con la obtención de esta A en la certificación energética, teniendo en cuenta que se trata de un edificio construido en 2005 y, por lo tanto, con una normativa anterior al nuevo Código Técnico de Edificación, lo cual hace que esta certificación sea mucho más relevante. Las personas involucradas en este proyecto están muy satisfechas por el buen trabajo realizado”, afirma el gerente de Espai Gironès, Pau Jordà.