La cadena de supermercados ha confiado a varias empresas de la zona la ejecución de este proyecto, cuya puesta en marcha ha supuesto la creación de 25 nuevos puestos de trabajo.
El nuevo establecimiento cuenta con una sala de ventas de 1.000 metros cuadrados en los que se ofrecen productos frescos que se complementan con distintas referencias regionales, como fruta y verdura, horneados y quesos.
Con esta apertura, Lidl refuerza su presencia en las Islas Baleares, donde suma 25 puntos de venta (20 de ellos en Mallorca) y unos 600 empleos directos. Gracias a su actividad, genera un impacto en el PIB de la Comunidad de 56 millones de euros anuales (un 0,19% del total).
La compañía compra cada año más de 17 millones en producto balear. La cadena trabaja actualmente con 16 proveedores de la región y dispone de un surtido de más de 60 referencias locales.