El nuevo establecimiento de Sant Cugat tiene una superficie total de 4.800 metros cuadrados, de los que 3.600 se destinan a sala de ventas, y está ubicado en la primera planta, puerta con puerta con Decathlon, en un local donde antes había un hipermercado Carrefour. Con esta apertura, Primark se erige como una de las anclas principales del centro comercial Sant Cugat, un complejo de tamaño medio distribuido en dos plantas con acceso directo a la calle desde ambas.
Nuevos medios digitales
La ejecución de las obras, que comenzaron a finales de 2019, ha coincidido con el periodo de pandemia, pero, sin embargo, ha transcurrido sin dificultades graves, “con una cierta normalidad, teniendo en cuenta la situación por la que atravesábamos. Ha habido un trabajo previo, realizado por el propio centro comercial que debía adecuarse a los estándares de Primark. Una vez atendidas sus necesidades, a finales de 2019 cuando comenzó nuestro trabajo propiamente dicho”, comenta Íñigo de Vivar, jefe de proyectos Primark en Broadway Malyan.
Jaime Jiménez, arquitecto del equipo que ha participado en Sant Cugat, apunta que una de las singularidades en la etapa de dirección de las obras de esta tienda ha sido la celebración de “reuniones telemáticas, en la que destacan nuevos medios digitales como sistemas de seguimiento digital mediante conference calls y sistemas de visita a la obra mediante vídeos, que han resultado muy eficaces y más fáciles de implementar de lo esperado”. Este modo de trabajar ha permitido la salud y seguridad de las personas implicadas y hacer un seguimiento de la obra sin mayores problemas.
Equilibrio del espacio
El resultado de todos estos meses de trabajo es un establecimiento que destaca por tener “un frente de tienda vanguardista y actual que hace que la tienda sea una de las referencias del centro comercial”, anota Diego Rodríguez, responsable del proyecto Sant Cugat en Broadway Malyan. La gran altura del local ha permitido crear una entrada de siete metros enmarcada por un vídrio azul aqua, que es marca de la casa. A ambos lados de ésta se sitúan dos escaparates gemelos que muestran abiertamente el interior de la tienda y rematan con unas estilizadas aletas de vidrio que dan un atractivo dinamismo al conjunto e invitan a entrar al visitante.
El local tiene forma de L y una serie de pilares distribuidos en una cuadrícula muy clara, que facilita una inmejorable visualización de todo el espacio. Además del trazado de la planta y de los colores claros que Primark ha adoptado de unos años a esta parte, el factor que más ha contribuido a crear esa sensación de amplitud ha sido dejar a la vista del público todas las instalaciones de luz, ventilación e incendios gracias a la gran altura de los techos.
Una peculiaridad más de este nuevo Primark en Sant Cugat es el uso creativo de los lucernarios existentes en el local. “Toda la tienda tiene lucernarios, pero estos se han opacitado en la sala de ventas a fin de mantener un equilibrio sobre la iluminación de las prendas. En cambio, en la zona de oficinas y cantina se les ha dado un tratamiento más escultórico y arquitectónico” comenta Vivar. Por último, en la zona de cajas se ha instalado el panelado en 3D con forma de estrella que Broadway Malyan ideó para Islazul, y que Primark ha adoptado ya como uno de sus estándares de diseño.
En definitiva, los objetivos y los plazos se han cumplido pese a las adversas circunstancias. “Estamos muy contentos con el resultado final en Sant Cugat. Tenemos una tienda de una sola planta con una gran altura que nos ha permitido aprovechar las posibilidades de su claridad espacial proporcionando una amplitud y luminosidad que se identifica a la perfección con el nuevo concepto de tienda que busca Primark”, expresa el arquitecto jefe del equipo Primark en Broadway Malyan.