Este sello está impulsado por la Diputación de Barcelona y la Cambra de Comerç con el apoyo de los consorcios comarcales, en este caso del Consorcio de Turismo del Baix Llobregat. El distintivo, ratificado por el Instituto de Turismo Responsable, ha reconocido este año a 42 empresas del Baix Llobregat comprometidas con la sostenibilidad.
Biosphere Tourism se encarga de desarrollar certificaciones para garantizar un equilibrio adecuado a largo plazo entre las dimensiones económica, socio-cultural y medioambiental de un destino. El certificado de Compromiso para la Sostenibilidad Turística Biosphere, dirigido a empresas y entidades que quieran mejorar su impacto ambiental, tiene como finalidad implementar una gestión más sostenible de las destinaciones turísticas.
Este distintivo posiciona en cabeza a las empresas que cumplen con los requisitos de su manual de buenas prácticas en materia de sostenibilidad. “Estamos muy orgullosos de recibir el distintivo Compromiso para la Sostenibilidad Turística Biosphere por tercer año consecutivo. Este reconocimiento corrobora nuestro compromiso con el planeta y nos impulsa a seguir trabajando para mejorar nuestro impacto social y ambiental día tras día”, afirma Jaime Tamayo, gerente de Splau.
Apuesta por el medio ambiente y las energías verdes
El centro comercial ha instalado recientemente una planta fotovoltaica capaz de generar 170 kWp de potencia, con la que evitará la emisión de 87 toneladas de CO2 anuales al medio ambiente. En 2020, esta planta fotovoltaica permitió ahorrar al centro un 7% de su consumo total, que equivale a 75.000 bombillas de 100W funcionando a la vez durante 24 horas.
Splau cuenta también con un sistema BMS (Building Management System) para el apagado y encendido de luces automático a lo largo de todo el centro, lo que permite aprovechar al máximo la luz natural. Además, todas las nuevas incorporaciones de tiendas en el centro se implementan 100% con iluminación LED. Con estas medidas, en los últimos tres años, el centro comercial ha conseguido disminuir el consumo eléctrico en un 30%, lo que supone la reducción de 325 toneladas de CO2 que no se emitieron al medio ambiente.