La movilidad eléctrica se ha consolidado como un elemento clave en la transformación de los parques comerciales y outlets, cuya gestión y atractivo inversor avanzan hacia modelos más eficientes y sostenibles. Este enfoque centró parte del desayuno editorial “Parques comerciales y outlets, modelos de éxito”, organizado por la Asociación Española de Centros y Parques Comerciales (AECC) y la revista Centros Comerciales, en el que Christian Revilla, country manager de Driveco, expuso cómo la recarga de vehículos eléctricos se ha convertido en un servicio estratégico que combina rentabilidad y posicionamiento competitivo.
Revilla situó la transición energética dentro del cambio estructural que atraviesa el sector retail, donde la experiencia del cliente y el uso responsable de la energía están ganando peso en la configuración de estos espacios. Desde su perspectiva, las soluciones de carga representan una herramienta capaz de incrementar la rentabilidad del activo y reforzar su competitividad en un entorno cada vez más centrado en la optimización energética.
Estrategia de expansión de Driveco
Tras su llegada a España en 2024, la compañía ha puesto en marcha un plan de inversión de más de 100 millones de euros destinado a desplegar alrededor de 1.000 puntos de recarga rápida y ultrarrápida en un plazo de entre tres y cinco años. Su estrategia se centra en la recarga “en destino”, priorizando ubicaciones de gran afluencia como parques comerciales, supermercados y outlets, donde el usuario puede recargar su vehículo durante su estancia. Este modelo, desarrollado con éxito en Francia, busca integrar la movilidad eléctrica como un servicio cotidiano y rentable dentro de los activos.
La empresa ha detectado un interés creciente por parte de propietarios y gestores. Más de un centenar de potenciales socios —entre ellos grupos inmobiliarios, cadenas retailers y entidades públicas— han mostrado su disposición a incorporar sus soluciones de recarga. La expansión se concentra en regiones con alta densidad de población y mayor penetración del vehículo eléctrico, como Cataluña y la Comunidad Valenciana, además de las principales áreas metropolitanas, entre ellas Madrid. En Francia ya mantiene alianzas con operadores como Carrefour y Leroy Merlin, modelo que ahora busca replicar en el mercado nacional adaptándolo al contexto normativo y de consumo.
En nuestro país, la firma desarrolla sus proyectos bajo un modelo integral de operador de puntos de carga (Charge Point Operator), asumiendo la inversión, la instalación y el mantenimiento de las infraestructuras. Este esquema permite a los gestores ofrecer servicios de recarga sin necesidad de acometer inversión inicial, reduciendo barreras económicas y acelerando su implantación. La previsión es cerrar 2025 con unas 600 estaciones activas o en fase de ejecución, reforzando su presencia en entornos urbanos y de gran concurrencia. “Por ejemplo, Mercadona, con la instalación de un cargador, puede aumentar su EBITDA en un 0,01%”, indicó durante el desayuno, aludiendo al efecto directo de la movilidad eléctrica sobre los resultados de los operadores.
Contexto normativo favorable
Durante el debate, Revilla recordó que la normativa vigente en España establece un ratio de un punto de carga por cada 40 plazas de aparcamiento, mientras que en edificios públicos la proporción es de uno por cada 20. Más allá del cumplimiento legal, explicó que estos sistemas se han convertido en un componente esencial de los proyectos de nueva generación.
En este contexto, el marco normativo español ha evolucionado de forma significativa en 2025 para facilitar la implantación de infraestructuras de recarga, especialmente en aparcamientos no residenciales. El Real Decreto-ley 7/2025, aprobado el 24 de junio, simplifica los procedimientos administrativos al eliminar la necesidad de autorización previa para la mayoría de las instalaciones y agilizar su conexión a la red. Esta medida, junto con el refuerzo de la red eléctrica de distribución, ha reducido plazos y costes, favoreciendo su implantación en espacios comerciales.
A su vez, la Ley de Movilidad Sostenible, aprobada el 8 de octubre de 2025, refuerza este marco al establecer obligaciones para la electrificación progresiva de aparcamientos públicos y corporativos, lo que impulsa la implantación de infraestructuras en espacios de gran capacidad como los parques comerciales. Ambas normas consolidan un entorno favorable para la inversión privada en electromovilidad, situando a estos activos como enclaves estratégicos para redes como la que impulsa Revilla.
Experiencia de usuario y rentabilidad en parques comerciales
Revilla señaló además que los puntos de carga rápida no solo contribuyen a la sostenibilidad del activo, sino que también influyen en el comportamiento del visitante. “Un cargador eléctrico con una potencia alta ayuda a que la persona que visita un centro se plantee pasar más tiempo para cargar su coche. También puede ser un mecanismo de interacción entre la oferta en retail y el cargador en sí, desde un punto de vista de fidelización de clientes”, explicó. En su análisis, destacó la existencia de un doble flujo de visitantes: quienes acuden a comprar y aprovechan para cargar su vehículo, y quienes llegan para realizar la recarga y terminan consumiendo en la oferta de restauración o entretenimiento del complejo.
Para el responsable de la compañía, la implantación de estas infraestructuras representa una oportunidad estratégica para gestores e inversores, ya que “no solo responde a los criterios ESG, sino también a la demanda del cliente final y a las expectativas del mercado”. Y subrayó que la incorporación incrementa el atractivo de los parques comerciales y afianza su posicionamiento como destinos sostenibles y económicamente sólidos.
Su visión coincide con la tendencia que está marcando la evolución del retail en España y en Europa. Diversos estudios en mercados más avanzados apuntan que los conductores de vehículos eléctricos permanecen entre un 30% y un 35% más de tiempo en los establecimientos cuando pueden cargar su coche durante la visita, lo que se traduce en un mayor consumo medio.

Para los gestores, la recarga eléctrica se ha convertido en un servicio estratégico y en un elemento de diferenciación. Instalar cargadores mejora la oferta del centro y contribuye a consolidar su imagen de sostenibilidad, una tendencia que, de hecho, la AECC relaciona directamente con el incremento del tráfico hacia los activos y con la adaptación a los nuevos hábitos de movilidad positivos.
Desde el punto de vista operativo, los profesionales del retail coinciden en que la recarga ya no es opcional, aunque su implementación plantea desafíos. El principal, garantizar una experiencia de uso sencilla y fluida. Los usuarios reclaman sistemas accesibles, sin pasos intermedios ni registros complejos, y una carga que pueda iniciarse de manera inmediata. De hecho, la mayoría de los conductores eléctricos eligen establecimientos donde pueden “enchufar y listo”, sin necesidad de apps específicas o tarifas confusas.
Asimismo, los proveedores buscan fórmulas que equilibren rentabilidad y control. En muchos casos, el espacio se cede a un experto externo, que asume la inversión y gestión, mientras el centro interviene en la política de precios o integra la recarga en sus programas de fidelización. Otras superficies optan por gestionar directamente la infraestructura, lo que implica una inversión inicial más elevada, pero permite ofrecer incentivos personalizados o vincular la carga a promociones del centro.

En general, la percepción del mercado es clara: la disponibilidad de puntos de recarga ya no es un valor añadido, sino una expectativa del cliente. Aquellos centros que no los ofrecen empiezan a ser percibidos como rezagados, mientras que los que sí lo hacen capitalizan el efecto positivo en tráfico y fidelización. En este contexto, la recarga ha pasado de ser una iniciativa voluntaria a un componente esencial en la estrategia de gestión y competitividad de los parques comerciales.
La expansión de Driveco en España se enmarca en una estrategia europea que prevé alcanzar la rentabilidad de la red hacia 2030 conforme crezca la adopción del vehículo eléctrico. Revilla considera que los parques comerciales y outlets jugarán un papel decisivo en esta transición, al combinar movilidad, energía y experiencia de usuario bajo una estructura de gestión eficiente.