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"Mi viento interior ayudará a reforzar los programas que Fundación Aladina desarrolla en hospitales de toda España"

María Caballero, directora de Marketing de Sonae Sierra, presenta la activación solidaria de 9.000 ejemplares del cuento en los seis centros comerciales que la compañía gestiona en España.

"Mi viento interior ayudará a reforzar los programas que Fundación Aladina desarrolla en hospitales de toda España"

En torno a la lectura, a la infancia y a la solidaridad se articula Mi viento interior, un cuento creado por Tania Izquierdo para acompañar a las familias y apoyar a niños y adolescentes con cáncer a través de Fundación Aladina. La iniciativa llega a los centros comerciales gestionados por Sonae Sierra como una propuesta que une emoción, comunidad y compromiso social. En esta entrevista, María Caballero, directora de Marketing de la compañía, explica cómo este proyecto busca generar momentos de calma y conexión mientras contribuye a reforzar programas esenciales en hospitales de toda España.


¿Por qué se decidió colaborar específicamente con Fundación Aladina y cómo encaja esta alianza dentro de la estrategia de acción social de Sonae Sierra?

María Caballero: Desde Sonae Sierra colaboramos con Fundación Aladina porque desarrolla una labor imprescindible apoyando a niños y adolescentes con cáncer y a sus familias. Esta alianza encaja de forma natural en nuestra estrategia de impacto social, que impulsamos desde los seis centros comerciales que Sonae Sierra gestiona en España -Área Sur, GranCasa, Luz del Tajo, Plaza Mayor, Max Center y Valle Real-, con el objetivo de contribuir al bienestar real de las comunidades donde estamos presentes. Para Sonae Sierra, la infancia es una prioridad y esta acción refuerza nuestro compromiso con su bienestar emocional.

fundación aladina

¿Qué criterios se tuvieron en cuenta para seleccionar la historia y el enfoque emocional del cuento Mi viento interior?

M.C: Nos atrajo la sensibilidad y el talento de Tania Izquierdo, una creadora joven que firma tanto la ilustración como la escritura de Mi viento interior. Su capacidad para abordar las emociones de forma visual, simbólica y accesible encajaba con el tipo de experiencia que queríamos ofrecer a las familias. Buscábamos una obra que invitara a compartir tiempo, reflexionar y dar espacio a lo que sienten los niños, y este cuento reunía todos esos elementos con un estilo propio y muy cuidado.


Colaboramos con Fundación Aladina porque desarrolla
una labor imprescindible apoyando a niños y
adolescentes con cáncer


Desde el área de Marketing, ¿qué aporta el formato de cuento infantil a la conexión con las familias que visitan vuestros centros comerciales?

M.C: El cuento infantil permite generar una relación más cercana con las familias porque ofrece un contenido que acompaña en su día a día. Su lectura fomenta el diálogo entre adultos y niños y crea momentos de calma y conexión que encajan muy bien con la experiencia que queremos impulsar en nuestros centros. Mi viento interior aporta valor emocional y educativo, complementando la oferta cultural y social que ofrecemos en nuestros espacios.


¿Cómo se integra esta iniciativa dentro de la estrategia global de marketing y comunicación de Sonae Sierra?

M.C: La iniciativa forma parte de nuestra visión de centros comerciales como espacios que combinan ocio, cultura y compromiso social. Activar Mi viento interior en Área Sur, GranCasa, Luz del Tajo, Plaza Mayor, Max Center y Valle Real refuerza nuestro posicionamiento y nos permite desarrollar proyectos que aportan significado más allá de la actividad comercial. Es una acción coherente con nuestra manera de entender la responsabilidad social corporativa y el vínculo con las comunidades locales.

fundación aladina


Los seis centros comerciales del grupo participan como puntos de venta solidarios. ¿Cómo se ha coordinado la campaña desde el equipo de marketing para asegurar una activación homogénea?

M.C: La iniciativa forma parte de una estrategia transversal que desarrollamos bajo el paraguas de Sonae Sierra, donde todos nuestros centros —Área Sur, GranCasa, Luz del Tajo, Plaza Mayor, Max Center y Valle Real— se alinean en torno a proyectos que refuerzan nuestros valores corporativos. Este año estamos poniendo un foco especial en acciones de responsabilidad social y bienestar infantil y Mi viento interior encaja plenamente en esta visión. El proyecto combina cultura, sensibilidad y propósito social. Además, nos permite reforzar una comunicación coherente, orientada a crear impacto positivo en las comunidades en las que estamos presentes.


Para Sonae Sierra, la infancia es una prioridad y
esta acción refuerza nuestro compromiso con
su bienestar emocional


¿Con qué indicadores medirá Sonae Sierra el impacto social y emocional de esta acción en las comunidades donde opera?

M.C: El impacto social se evaluará a través de la recaudación destinada íntegramente a Fundación Aladina y del alcance que logramos en los seis centros participantes. A nivel emocional, valoramos la acogida que Mi viento interior tiene entre las familias y su utilidad como herramienta para trabajar aspectos como la empatía, la autoestima o la gestión de emociones. Para nosotros, ambos niveles son importantes y complementarios.


¿Qué programas concretos de Fundación Aladina se beneficiarán de los fondos recaudados a través de la venta del libro?

M.C: La recaudación obtenida a través de la venta de Mi viento interior ayudará a reforzar los programas que Fundación Aladina desarrolla en hospitales de toda España. Su trabajo se centra en mejorar el bienestar emocional y físico de niños y adolescentes con cáncer, así como en acompañar a sus familias durante el proceso. Nuestro objetivo es contribuir a que puedan ampliar y fortalecer estos programas.


"Pondremos a disposición 9.000 ejemplares
de Mi viento interior durante el
mes de diciembre"


¿Qué canales de comunicación habéis activado para dar a conocer este proyecto y qué respuesta estáis observando por parte del público?

M.C: Hemos diseñado una estrategia de comunicación integral que combina acciones internas y externas para asegurar una difusión coherente en todos nuestros centros. En el plano externo, organizamos una rueda de prensa acogiendo la presentación oficial en Luz del Tajo, reforzada con una estrategia de contenidos personalizada. A nivel interno, pondremos en marcha cartelería, soportes digitales y comunicación en redes sociales en Área Sur, GranCasa, Luz del Tajo, Plaza Mayor, Max Center y Valle Real, que, además, actuarán como puntos de venta solidarios. En total, pondremos a disposición 9.000 ejemplares de Mi viento interior durante el mes de diciembre, un momento especialmente relevante para las familias. Confiamos en una muy buena acogida, tanto por el valor emocional del cuento como por su carácter solidario.

cuentos infantiles


A largo plazo, ¿contempla Sonae Sierra incorporar más proyectos vinculados a la educación emocional o al bienestar infantil dentro de su estrategia de RSC?

M.C: Sí, nuestra intención es seguir desarrollando iniciativas que contribuyan al bienestar de las familias y que complementen la oferta cultural de nuestros centros. Mi viento interior demuestra que este tipo de proyectos tiene un impacto muy valioso y reforzaremos esta línea en el marco de nuestra estrategia de responsabilidad social. Queremos que los seis centros de Sonae Sierra sigan siendo espacios donde la sensibilidad, la educación emocional y el compromiso con la comunidad tengan presencia en el tiempo y de forma estable.


Además del objetivo solidario, ¿qué aprendizajes aporta este proyecto al equipo de marketing en términos de engagement y relación con las familias?

M.C: Para Sonae Sierra, Mi viento interior refleja que las familias que visitan nuestros centros buscan algo más que actividades puntuales: buscan experiencias con sentido, capaces de acompañarlos más allá de las compras. Este proyecto nos ha permitido ver cómo un cuento puede abrir un espacio de pausa y de conexión entre adultos y niños, algo que valoramos profundamente desde marketing. Esperamos que Mi viento interior sea inspirador y que invite a las familias a vivir nuestros centros de otra manera, como lugares donde también hay espacio para la sensibilidad, la emoción y la construcción de recuerdos compartidos.